Tomar la decisión de cambiar de país, es un dilema. Dejar nuestra familia o parte de ella, nuestros amigos, rutinas, costumbres es un paso no tan fácil de dar, o quizás fácil de dar más no tan sencillo de llevar a cabo.
Fluir, ser como el bambú, reconocer nuestras emociones, bailar con ellas, encontrarnos en una nueva realidad y desde allí reinventarnos es un llamado a vivir el momento presente y a asumir nuestras decisiones al 100%.
Migrar implica que cambias todo, trabajo, horarios, estaciones, caminos recorridos, cotidianidad, en fin. Migrar significa que debes actualizar la versión de ti y que tus emociones, tu estómago y tu propósito tienen que reencontrarse en una nueva realidad y construir un camino nuevo.
Gracias a Claudia Torres @claudiatorreswellness por esta maravilla de conversación.