Una de las cosas más difíciles de manejar para todos los seres humanos sin importar el estilo personal es la incertidumbre. Para algunos navegarla es más sencillo, para otros más complicado, y hay quienes se resisten totalmente a navegarla entrando en corto circuito cada vez que están frente a ella.
El cambio asusta, sin importar el grado de resistencia o de agüante que cada uno tenga. Navegar mares nuevos es un acto de fe, entregarse a procesos en donde uno desconoce plenamente si el resultado va a ser el esperado, es como cuando uno se sube a un avión; por lo general uno no sabe ni quién es el piloto, ni cuántas horas de vuelo lleva, o cuando uno tiene que someterse a una cirugía y aunque conozca a su médico no se tiene certeza de si se saldrá … o no.
Cuando se habla de flexibilidad se hace el símil con el bambú, que sin importar el viento se mueve a su paso siendo muy poco probable que se rompa. Entregarse, Fe en que todo pasa “para algo” y eliminar el “por algo”, es un entrenamiento de todos los días. Las cosas no te pasan a ti … pasan por ti.
No somos súper héroes y no tenemos necesidad de serlo. Amarnos vulnerables y ser honestos al 100% con nosotros mismos y con quienes nos quieren, hace que la navegada sea un poco más segura y placentera.
Valoro y me enamoro cada vez más de mi vulnerabilidad, y la claridad que me da para asumir los retos de la vida, pero valoro y amo profundamente a quiénes frente a mí, con sinceridad absoluta, muestran su vulnerabilidad y humanidad entregándome la confianza para abandonar la necesidad de control. La vida siempre será más rica vivirla en compañía y con gente que jamás querrás que salga de tu vida y viceversa.
Entregarse al cambio, rendirse al proceso … la vida no está en nuestra contra. Desde que juguemos con claridad y honestidad con nosotros mismos, y con los demás, el resultado será positivo, así no sea lo que estábamos esperando. Hay que abrir la puerta para salir, y sacar la cabeza por la ventana para respirar.
Go for It … NOW!